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Otra ruta del vino

Por sus bodegas, historia, aventura y paisajes es una deliciosa propuesta, pero, además, es la casa de la única uva 100 % argentina.

¿Quién no recuerda a esa tía de la niñez a la que se le compraba un blanco torrontés para las fiestas? Era una botella oscura y espigada que a la tía le duraba –al menos– dos comidas y que siempre tomaba con hielo. Pues bien, el torrontés actual tiene muy poco que ver con aquel vino del recuerdo: ahora es más cítrico, más floral, más suave y acorde al gusto del paladar de hoy. Con la idea de revalorizar esta cepa que es la única autóctona de la Argentina (nació de la cruza de la uva criolla y la moscatel de Alejandría, en la época de los jesuitas) y la insignia de la provincia de La Rioja, nace La Ruta del Torrontés Riojano.

Trago a trago

En La Cooperativa La Riojana nos reciben con 4 vinos, dos espumantes y varios quesos. Está todo servido para entrar a este mundo del vino blanco. “Con el tiempo hemos pasado de un torrontés más salvaje a otro de mayor calidad y más delicado pero siempre manteniendo las notas típicas de la uva”, destaca Rodolfo Griguol, enólogo de la bodega. Y así es: de un color claro apenas dorado, se trata de un vino fresco, fácil de tomar pero, a la vez, con cuerpo.
El recorrido nos lleva por otras cinco bodegas que nos esperan cada una con sus particularidades y propuestas: algunas ofrecen conocer sus viñedos, otras sus procesos de elaboración y hay quienes complementan su visita con alojamiento y una experiencia gourmet, como es el caso de la bodega Chañarmuyo y su Hotel del Vino.

En la bodega Valle de La Puerta, en Vichigasta, es posible hacer un recorrido en bici por todo el predio, mientras que en San Huberto, el fuerte es la gastronomía, con unas empanadas y asado para sacarles fotos. “En total son 19 bodegas que se pueden recorrer, muchos vinos para probar y una provincia entera con mucha historia y paisajes para descubrir”, dicen Gabriel y Marcelo, enólogos de Bodega y Fincas Aminga, mientras degustamos sus vinos acompañados de dulces regionales como higos, nueces y un membrillo muy sabroso y de gran consistencia.

Picada en los viñedos

Daniel Sanpaolesi, de la bodega Fincas Riojanas, nos espera con una mesa servida entre los viñedos. Es esa hora justa en que la tarde va terminando y empieza el fresco: el momento ideal para una picada con un rico vino y una charla tranquila y sin horario. Cuando terminamos de recorrer las vides, ya se ha hecho de noche y nos preparamos para finalizar la jornada en El Gran Pez, un restaurante con cocina de autor que también se suma a La Ruta del Torrontés con platos que fusionan la comida moderna con las recetas tradicionales de La Rioja.

Aventura bajo el sol

Esta propuesta permite combinar la experiencia gastronómica con la historia de la provincia (está La Ruta de los Caudillos, que merece una nota aparte), actividades de ecoturismo y de aventura.
Uno de los lugares por excelencia es el Corredor del Valle del Famatina, donde quizás una de las experiencias más intensas es la que brinda mina La Mejicana (posee la categoría de Monumento Histórico Nacional), una salida de alta alta montaña que llega hasta los 4.600 metros de altura y que se realiza en vehículos 4x4. “En verano esta actividad se complementa con un trekking en bajada por cada estación del cablecarril, haciendo noche en una de ellas, y también se puede hacer en bicicleta”, cuenta Marcos, de la empresa de turismo Salir del Cráter. Otra de las opciones de altura y naturaleza es visitar el Parque Provincial Laguna Brava, ubicado a 4.300 msnm y en pleno corazón de la cordillera donde, en primavera, se ven flamencos rosados que llegan para anidar, entre otras aves y fauna en general.

También en el estilo del ecoturismo, una gran experiencia digna de disfrurar, que consiste en ir a la Quebrada de los Cóndores, reserva ubicada en el sur de la provincia, en una zona conocida como los “llanos riojanos”.

Reyes majestuosos

Allí, como en casi ningún otro sitio, es posible ver cóndores a muy pocos metros de distancia, algo muy impactante ya que se trata de un ave que tiene tres metros de envergadura con las alas desplegadas y cuando uno lo ve planear comprende que realmente es el rey del
lugar. Otras actividades que complementan la oferta turística son parapente, carrovelismo en el Barreal de Arauco (¡muy divertido!) y la posibilidad de recorrer en bicicleta el Parque Nacional Talampaya, que tiene la categoría de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Una experiencia que realmente deja su huella en el turista.

Ubicación: en Chilecito, Famatina, Villa Unión, Villa Castelli, Vinchina, Castro Barros, Sanagasta y San Blas de Los Sauces se encuentran las regiones productivas óptimas para la uva torrontés.
Cómo llegar: desde Capital Federal hasta Chilecito hay 1.226 km, por Ruta 9, AU 12, AU 9, rutas 53, 38 y 74. Desde Chilecito a San Blas de Los Sauces hay unos 115 km.
Más información: info@turismolarioja.gov.ar y Cámara de Bodegueros Riojanos: jcollovati@hotmail.com

Fuente:Revista Weekend