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Las 9 mejores comidas para acompañar con espumantes
Las burbujas son delicadas a la hora de la mesa. En esta nota, nueve maridajes que nunca fallan.
Los espumantes son bebidas delicadas y acompañarlos con comida no siempre resulta fácil. Sin embargo, hay algunas que nunca fallan. Desde las más simples a las más sofisticadas, son las siguientes.
1. Decile sí a los quesos. Sea con espumantes jóvenes, frutales e intensos o con vinos delicados y evolucionados, hay un rango de quesos que no fallan nunca. Son los blandos y semiduros, como patearás, Gouda y Gruyere, o los más cancheros brie, mozzarela de búfala y quesos cremas en general.
2. Sí, a las frutas secas. De avellanas a almendras, de damascos turcos a higos, brevas y pistachos, todos combinan bien con los espumantes.
3. Algunos fiambres, la rompen. Una buena lámina de jamón crudo, bresaola o lomito de cerdo, le viene como anillo al dedo a los espumantes. Si en cambio usás un jamón muy salado, por ejemplo, echás a perder todo el equilibrio. Un consejo: servilos con pan fresco o tostadas de pan nergro.
4. Los pescados de roca, el no va más. Un pescado de río, como el pacú o el dorado, pueden convertir a una comida con espumantes en una mala réplica de un tren fantasma. Ahora, con una corvina, un lenguado o unas trillas, tenés un viaje en primera clase. Nada de preparlos con salsas pesadas.
5. El Sushi, un caso cerrado. Pocas comidas van tan bien con todo tipo de espumantes como el sushi. La ligera gratitud del salmón, el atún o el lenguado encuentran en la acidez de los espumantes un contrapunto preciso.
6. Pechugas varias. Es común escuchar que las aves van de maravillas con los espumantes. Pero cuidado: una pata de pavo o una codorniz grillada pueden ser una cuesta arriba al hora de comer. Para combinarlos mejor, recurrir a las pechugas.
7. No a las carnes rojas, aunque hay excepciones de lujo. Una de ellas es el carpaccio. Si comés un carpaccio de lomo con alcaparras con un hilo de oliva, te vas a dar cuenta que hay reglas de oro que conviene romper.
8. Ensaladas, siempre. Por ejemplo, rúcula y radicheta van de primera, también sus combinaciones con parmesano, portobelos, de paltas y tomates cherries. Todo, condimentado con oliva y unas gotas de aceto.
9. Todo bien con postres helados, cremas y bombones. La verdad es que acá no hay nada que agregar, a menos que seas un recién llegado de un planeta extraño. ¿Quién dudaría de un buen helado de dulce de leche, o de una cheescake a la hora del espumante? En materia dulce, la cosa siempre es más amable.